Igual que el desarrollo, el comercio internacional
es punto fundamental dentro de los mecanismos y resultados que se asocian a la
globalización. Es el comercio, en algunos casos, el primer instrumento de
entrada tangible que tiene la globalización. Por lo demás, algunos proyectos de
integración como el del Área de Libre Comercio de las Américas, adquieren una
dimensión espacial y programática muy asociada a la propia idea de la
globalización.
Es conocido que durante los años setenta se
presentaron elementos de recesión e incertidumbre, bastante acentuados en el
contexto económico mundial. De manera contraria, durante los años ochenta se
dieron expresiones de cambio que no habían sido, o no habían podido ser,
siempre previstos, y los cuales contribuyeron a generar un escenario más
favorable para la dinámica del comercio mundial. Entre ellos pueden
mencionarse:
-Disminución del precio y volumen del comercio
petrolero.
-Control de la inflación en los países
desarrollados.
-Profundización del problema de la deuda de los
países en desarrollo.
-Extensión de políticas de libre mercado en
economías en desarrollo y, al final del período, en las de planificación
centralizada.
-Lanzamiento de la Ronda Uruguay.
Teniendo presentes esa evolución y contexto, es
relevante señalar que durante el decenio de 1980 el volumen y el valor del
comercio mundial aumentaron en 50% y 75%, respectivamente. Estas magnitudes han
sido catalogadas como espectaculares (GATT, 1990) y se asocian, indudablemente,
a lo que el contexto representó en cuanto a mejores oportunidades de comercio.
Por otra parte, puede señalarse que en tres
importantes regiones de la economía mundial el crecimiento del comercio superó
considerablemente al que tuvo el PIB, para el período 1979/1989. Tales regiones
son, en orden de importancia según la relación comentada: América del Norte,
Europa occidental y Asia. En América del Norte, en particular, el PIB creció en
cerca de un 3% y el comercio en prácticamente un 6%. Otra perspectiva de
interés permite señalar que, desde 1980 hasta 1990, el comercio al interior de
Europa occidental creció a una tasa anual de 8%. En el caso de la región
ubicada como América del Norte, su comercio interior aumentó a idéntico ritmo
para el mismo período {véanse Lang y Hiñes, 1996).
En términos de su situación más redente, el
comercio mundial, en cuanto a exportaciones totales de mercancías, ascendió en
1995 a 4,9 billones de dólares. Ello, visto en términos de su evolución, significó
que en tal año el comercio mundial creció en 19% en relación con 1994 (la
variación de 1994/1993 había sido de 13%). Este importante crecimiento del
comercio estuvo influido por factores como la depreciación del dólar y el
mejoramiento de los precios de algunos productos básicos (petróleo y metales no
ferrosos, por ejemplo).
Igual que se señaló para el período 19791989, en
cuanto a lo que ha transcurrido de los años noventa, puede afirmarse que el
crecimiento del comercio superó a la producción mundial de mercancías. De esta
manera, para los años 1995 y 1994, el comercio creció, en términos de volumen,
en 8% y 9,5%, respectivamente, mientras la producción referida lo hizo en 3% y
3,5% para los mismos años {véase OMC, 1996).
En la actualidad de los años noventa pueden
destacarse algunos elementos de dinamización del comercio que son realmente de
interés. Uno de ellos es el aumento del llamado tráfico de perfeccionamiento a
través de las fronteras en determinadas regiones. Son los casos de México con
la industria maquiladora, China con las plantas de transformación y montaje, y
países con un gran impulso importador como Túnez, en África. Para el caso de
China, por ejemplo, las exportaciones de las plantas referidas alcanzaron en el
año 1995 a la mitad de las totales.
Todos estos elementos señalados, de alguna u otra
manera revelan o permiten acercarse a ellos, aspectos y desarrollos
fundamentales que constituyen el escenario PostRonda Uruguay o formaron parte
de asuntos de trascendencia comercial en cuanto al contexto en el que se dio la
propia marcha de las negociaciones de la Ronda.
Los resultados de esta última, que constituyen
parte del contexto comercial institucional de la globalización, trascienden el
objetivo de este trabajo. Sin embargo, puede señalarse que dentro de los logros
se encuentra el haber podido llegar a acuerdos sobre las llamadas zonas grises
(agrícolas y textiles), avances en la discusión y tratamiento de lo relativo a
la propiedad intelectual y a la problemática ambiental, aunque en menor medida.
Puntos no solucionados en tal Ronda y de mucha importancia son el
unilateralismo y los nuevos problemas de dumping social y el ecológico.
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